miércoles, 25 de marzo de 2009

Nueva especie de anfibio en el norte

Se descubrió una nueva especie de anfibio en la Mata Atlántica en el estado de Bahia, en el norte de Brasil. Con apenas 2,5 cm de largo, su nombre científico es Frostius erythrophthalmus. Es más una prueba de lo poco que se sabe sobre la biodiversidad de la floresta que dominó el litoral de Brasil, y de la que solo se conserva aproximadamente su 10%. El animal fue descubierto por Bruno Pimenta y Ulisses Caramaschi, investigadores del Museo Nacional de la Universidad Federal de Río de Janeiro (www.mapress.com/zootaxa). "Es nuestro octavo descubrimiento de anfibios en el sur de Bahía publicado desde 2003, sin contar tres redescubrimientos de especies que no se veían hacía más de 50 años", contó Pimenta en julio de 2007.
El descubrimiento forma parte de un relevamiento más amplio sobre la biodiversidad en la región, incluyendo anfibios, aves y mamíferos en 21 fragmentos de la Mata, que comenzó en el 2000, con apoyo del Ministerio de Medio Ambiente, la ONG Conservación Internacional y del Instituto de Estudios Socioambientales del Sur de Bahía.
El nombre científico del nuevo género creado para dar cabida a la nueva especie de anfibio homenajea a un especialista americano en anfibios, D. Frost, y el nombre de la especie a sus ojos peculiares (en griego erythrophthalmus significa "ojos rojos"). Las hembras son un poco mayores en tamaño que los machos.
La especie fue encontrada paseando por un montón de hojas en el suelo de la floresta, trepada en hojas de arbustos y bromélias. Eso da probablemente una pista de cómo se reproduce: "Como no fue encontrado cerca de lugares con agua, es posible que utilice agua acumulada en el interior de las plantas para reproducirse", opina Pimenta. Como otros anfibios, el F. erythrophthalmus es un predador oportunista, comiendo "todo lo que se mueve y cabe en su boca".
Opinión personal
Es muy importante enterarse de que hay nuevas especies en este vasto mundo que nesecitan nuestra protección y que tan solo somos un simple ser vivo que desde mi punto de vista no tiene el poder moral de modificar la vida de toda una especie y aún peor de un ecosistema.

Las cenizas de los incendios en el Amazonas llegan hasta la Patagonia

Deforestación planificada

Martín De Ambrosio
Los efectos de los miles y miles de incendios que cada temporada azotan la selva y bosques brasileños viajan hasta la Argentina en forma de microcenizas, monóxido de carbono, ozono troposférico y otras sustancias peligrosas para la salud de animales y personas. Un experto argentino cuenta causas y consecuencias del mal manejo de los suelos a nivel regional.
La globalización del clima, como concepto, no es nuevo. Siempre se mencionó la posibilidad de que el movimiento de una mariposa en Siberia pudiera originar un sismo en el Perú. Ahora, los científicos tienen las herramientas para poder establecer –aunque con algún grado lógico de incertidumbre– qué pasa ante cambios abruptos en los ecosistemas.
Así, los incendios planificados en el Amazonas, que tienen la intención de extender la frontera agrícola brasileña, podrían ser los responsables regionales tanto del rebrote de la fiebre amarilla, como de las inundaciones en Salta. Además, podrían incidir en la falta de humedad en la pampa húmeda, zona clave de la riqueza argentina. Todo porque, se sabe gracias a las imágenes satelitales, cenizas y otros residuos químicos de las decenas de miles de incendios anuales llegan desde el Matto Grosso hasta el norte de la Patagonia argentina.
Con esos datos trabaja el grupo de Pablo Canziani, quien dirige el programa de Estudios Atmosféricos de la Universidad Católica (UCA). “Las imágenes satelitales, que nos provee la NASA, permiten observar el tránsito de cenizas y elementos químicos peligrosos para la salud, que llegan desde la Amazonia hasta la Ciudad de Buenos Aires, el centro bonaerense e incluso hasta el norte de la Patagonia”, indicó Canziani, también investigador del Conicet.

Anulan reservas nacionales en el sur de Ecuador

La fauna y la flora del sur, desprotegidas

La megadiversidad caracteriza a esta zona que enfrenta al Gobierno con ONG y asambleístas
Representantes de organizaciones ambientalistas advierten de una posible depredación de especies por la decisión de la ministra de Ambiente, Marcela Aguiñaga, de derogar el Acuerdo Ministerial 189, publicado en 1975, mediante el cual se declaró Reserva Nacional a los bosques del sur ecuatoriano, en las provincias de Loja, Zamora Chinchipe y El Oro. Más de 5.000 especies de plantas, 800 de aves y decenas de animales, entre los que se cuentan el tapir de montaña y el oso de anteojos, conviven en esa área de más de 4.000 kilómetros cuadrados, que hasta el pasado 8 de febrero se denominó reserva nacional Bosques del Sur.

En esa fecha, la ministra del Ambiente, Marcela Aguiñaga, resolvió dejar sin efecto el Acuerdo Ministerial 189, publicado en 1975, mediante el cual se declaró Reserva Nacional a los bosques estatales y privados del sur ecuatoriano y que involucra a las provincias de Loja, Zamora Chinchipe y El Oro. La decisión de la Secretaria de Estado fue incluida en el Registro Oficial del pasado 16 de abril.